viernes, 8 de abril de 2016

RUMORES SOBRE UNA REPATRIACIÓN A ESCONDIDAS






RUMORES SOBRE UNA REPATRIACIÓN A ESCONDIDAS


Varias referencias hablan de una supuesta repatriación de los restos de Díaz hecha en 1934, fecha en que regreso la esposa de Díaz, Carmen Romero Rubio. En diversas publicaciones de la época se corrió el rumor de que ella trajo consigo los restos de Porfirio Díaz. Sin embargo, las hijas del ex presidente, Luz Díaz de Rincón Gallardo y Amada Díaz de la Torre desmintieron la versión en una carta publicada en el diario El Universal el 12 de noviembre de 1949. (Bertrán, Suplemento dominical Enfoque, periódico Reforma, junio 2005). En Oaxaca, Everardo Ramírez Bohórquez antiguo cronista de la ciudad y la periodista Arcelia Yañiz, expresaron en un reportaje publicado por la revista Proceso  (junio 1995), que los restos de Díaz ya se encontraban en Oaxaca. Yañiz manifestó dentro del mismo, que a pesar de no contar con documentos que avalen tal afirmación un grupo de gente se encontraba investigando sobre el caso para comprobar dicha versión.


Emilio García Romero (Entrevista personal, 22 de julio 2006) comentó que en una ocasión al asistir a una de las reuniones con la familia Díaz decidió preguntar a Don Luis Díaz Raigosa (nieto de Porfirio Díaz) sobre la existencia de este rumor a lo cual Díaz Raigosa le respondió  “No me diga usted eso, no es cierto, mi abuelo no fue un sinvergüenza para que sus restos entren escondidos en México”. En otra ocasión le preguntó lo mismo a Manuel Díaz Raigosa, abundando aún más que dentro de unas cajas que trajo la familia Díaz a su regreso a México en la década de los treintas se encontraban los restos, a lo que el nieto de Porfirio Díaz le respondió a García Romero, “No es mi calidad ni de nadie traer mutilado un cuerpo para que pueda entrar a México, lo que traje si fueron cajas pero fueron los archivos de mi abuelo que teníamos en Francia”. (Entrevista personal, 22 de julio de 2006)




Con respecto al tema, María Eugenia Díaz Gastine (Entrevista personal, 27 de junio 2006), afirma que es falso que Romero Rubio haya traído los restos de  Díaz a escondidas, “a pesar de ser su esposo, ante todo es un personaje público y no podía haberlo traído así”. Sobre el mismo tema, Tello Díaz (Entrevista personal, 8 de febrero 2006) asegura que personalmente ha comprobado mediante las averiguaciones pertinentes de que los restos de Porfirio Díaz aún continúan en el cementerio Montparnasse.  Por su parte, Enrique Krauze (1987) deja entre abierta la posibilidad de que los restos de Díaz se encuentren en la Iglesia de la Soledad en Oaxaca al escribir que se “corre la voz” de que los familiares obtuvieron un permiso presidencial para hacerlo durante los años sesenta o setenta y que presumiblemente se encuentren ahí.



Finalmente,  Jesús Gopard rector de la basílica de la Soledad en Oaxaca, afirma que se han hecho investigaciones sobre la posible existencia de los restos mortales de Díaz en alguna de las criptas de aquel recinto pero no se ha encontrado dato alguno que confirme dicha existencia por lo tanto “no es ni probable que se encuentren aquí los restos de Porfirio Díaz”. (Entrevista personal, 25 de julio de 2006)

lunes, 4 de abril de 2016

Los homenajes (1915-1930)


LOS HOMENAJES (1915-1930)


Archivo Casasola FUNDACIÓN CASASOLA POR LA CULTURA, A.C. http://eleconomista.com.mx/multimedia/fotogaleria/2015/09/11/archivo-gustavo-casasola-porfirio-diaz-centenario-independencia
 

 

Septiembre 3, 1915

Estaba yo equivocada al pensar que todos en México ignoraban los esfuerzos de mi padre como militar o gobernante. Hoy me ha llegó una carta de Oaxaca, escrita por Guillermo Meixueiro, amigo de nosotros, informándome que por decreto de la Legislatura del Estado, el gobernador señor José Inés Dávila ha declarado 9 días de luto “como merecido homenaje a la memoria del ilustre hijo de Oaxaca y heroico soldado de la República, general Porfirio Díaz, muerto recientemente en el extranjero”.

                                                                                                              Amada Díaz

                                                    (Orozco, 2003, p. 136)

 

 

Después de la muerte de Porfirio Díaz, los elogios y críticas contra él se hicieron presentes en México, la postura del gobierno con respecto al trato hacia este personaje quedo asentada desde entonces pues no se le tributó un homenaje, reconocimiento oficial o envío de condolencias hacia la familia. Se realizaron misas en su honor organizadas por sus hijas quienes residían en México, pero nunca intervino algún miembro del gobierno directamente en ello. Ángel Taracena (1983) menciona que solo en Oaxaca, la legislatura del estado decretó nueve días de luto a partir del 1 de septiembre  de 1915:

 

Estando confirmada la muerte del señor general Porfirio Díaz en el extranjero, no puede ni debe el Estado de Oaxaca permanecer indiferente ante este lamentable acontecimiento, y aunque no es llegado el momento de juzgar en definitiva la obra del insigne hijo de Oaxaca, sus gloriosas hazañas como heroico caudillo de la Republica y abnegado defensor de la integridad nacional está fuera de discusión y constituyen méritos bastantes para que Oaxaca se enorgullezca de haber sido la cuna de tan distinguido ciudadano.

Por tales conceptos, tienen a bien decretarse lo siguiente:

Articulo Único: La legislatura del Estado Libre y Soberano de Oaxaca declara nueve días de duelo en el estado, como merecido homenaje a la memoria del ilustre hijo de Oaxaca y heroico soldado de la República General Porfirio Díaz muerto recientemente en el extranjero.

                                                 (Taracena, 1983, p. 348)

 

 

Posteriormente en 1930, al acercarse la fecha del centenario del natalicio de Porfirio Díaz surgieron seguidores del ex presidente deseosos de rendirle un homenaje. Rafael Martínez (1930) en su libro Primer Centenario del Natalicio del Gral. Porfirio Díaz, describe la manera en que realizó una pequeña conmemoración hacia Díaz no contemplada por alguna autoridad, todo ello se logró mediante una campaña en medios publicando artículos en los periódicos capitalinos y de provincia exigiendo que de alguna manera se celebrara el natalicio de Porfirio Díaz. Aunque fue reprimido, esto no obstaculizó el cometer su objetivo como lo explica Martínez (1930) “Pude hacer troquelar una medalla conmemorativa; inscribir en lapida de fino mármol la rememoración de este aniversario y organizar una sencilla ceremonia para que se lleve a cabo en la misma casa donde viviera Porfirio Díaz” (Martínez, 1930, p. 5)

 

En esta ceremonia asistieron las hijas del general Díaz, Enrique C. Creel, el doctor Leopoldo Escobar, Federico Gamboa, entre otros. Rafael Martínez (1930) reimprime el discurso pronunciado por Enrique C. Creel en aquella:

 

Aunque el general no se hubiera vuelto a ocupar de la causa pública; su brillante carrera como militar y sus eminentes servicios a la Patria, lo hacen acreedor al amor y a la gratitud de sus conciudadanos y merecedor del homenaje que hoy le tributamos en nombre del pueblo mexicano, de la civilización y de la historia.

(Martínez, 1930, p. 32, 33)

 

 

viernes, 1 de abril de 2016

EL REGRESO DE LA FAMILIA EXILIADA


EL REGRESO DEL EXILIO

 

La viuda de Porfirio Díaz, Carmen Romero Rubio regresó finalmente a México a bordo del Mexique a finales de 1934. Acompañada por su hermanas, Carmen fue recibida en el puerto de Veracruz por una gran cantidad de personas. Tello Díaz (1994) afirma que  la prensa de aquellos años aseguraba que las autoridades de migración dieron toda clase de facilidades a Carmen Romero para su desembarco, de acuerdo a las órdenes expresas de la Secretaría de Gobernación.

Carmen Romero en el Mexique de regreso a su país/http://revistabicentenario.com.mx/index.php/archivos/tag/exilio/
Los primeros días, Romero Rubio viviría en una casa de su sobrina Teresa Castelló en la calle de Tonalá, en la colonia Roma. Posteriormente recibiría comidas en su honor y la visita de distintas personas que ella conociera antes de partir al exilio, así como de familiares de Porfirio Díaz que aún vivían en México como sus hijas Amada y Luz.

En el otoño de 1936, la situación económica para la familia Díaz Ortega empeoró por varias razones:  una crisis agrícola en la región de la Loire provocada por la depreciación del valor del quintal del trigo, además  del fallecimiento de Harold Pearson, uno de los cofundadores con quien los Díaz Ortega habían fundado el fideicomiso en White Horse Securities, la muerte de aquél resultaba incierta para el mantenimiento del fideicomiso; finalmente, ante la procuración de mecanizar las labores del campo y conseguir maquinaria para ello, la familia contrajo deudas que no pudo liquidar y estas vencieron el plazo en otoño de aquel año. Fue así como Porfirio Díaz Ortega empezó poco a poco a deshacerse de sus propiedades para poder saldar sus cuentas. (Tello Díaz, 1994)

 

  “Las crisis de sus finanzas, así como la situación en el Viejo Continente, hizo que los Díaz precipitaran su decisión de regresar a México”.  (Tello Díaz, 1994, p. 397)

 

 

Tello Díaz (1994), comenta que Francia en aquellos años era gobernado por socialistas, muchos de sus países vecinos eran gobernados por dictaduras de derecha con rasgos fascistas. Lo que provocaba gran tensión entre Europa por las alianzas entre los países con democracias occidentales como Inglaterra, Francia y la dictadura comunista de Stalin en la Unión Soviética contra los países gobernados por Benito Mussolini, Kurt Schuschnigg y Adolf Hitler. Ante esta situación, la familia Díaz Ortega temerosa a que una guerra se desatará y terminará por destrozar su frágil economía, decidieron regresar a México. Finalmente, el retorno del exilio para la familia Díaz Ortega se dio a finales de aquel 1936.

 

En 1937, durante el gobierno del Gral. Lázaro Cárdenas se dio una Ley de Amnistía, la cual dejaba sin  responsabilidad penal a diversos miembros que participaran en actos de rebelión, autoría, complicidad o encubrimiento en actos de rebelión. Muchos exiliados durante el inicio de la Revolución, así como contrarrevolucionarios tuvieron a bien la oportunidad de regresar nuevamente a México. Entre estos nombres figuran los de Adolfo de la Huerta, José Vasconcelos, Félix Díaz, así como otros mexicanos que se encontraban en Francia.  (Tello Díaz, 1994)   

 


Carmen Romero Rubio a su regreso a México (1934)
Repatriada gran parte de la familia de Porfirio Díaz después de casi veintiséis años en el exilio, se dedicaron a distintas labores. Aunque el regreso fue al principio difícil por el cambio de fisonomía en la ciudad, las amistades, entre otras cosas, se adaptaron finalmente a México. Después de celebrar varios años en México fueron muriendo las personas más allegadas al general Díaz: Carmen Romero Rubio pereció el 25 de junio de 1944. Cuenta Tello Díaz (1994) que en todos los periódicos le consagraron la primera plana; al año siguiente murió Porfirio Díaz Ortega, murió a los setenta y un años victima de cáncer de próstata; Amada Díaz murió a los 95 años y Luz Díaz Ortega murió a los noventa años.