EL
EXILIO SEGUNDA PARTE (1915-1936)
...dice
Carmen que Porfirio y ella tuvieron cuidado de que el cadáver fuera debidamente
embalsamado y se depositó en una caja hermética que a su vez fue puesta dentro
de otra de madera.
Comenta ella
que el rey de España le ofreció El Escorial para que se inhumaran los restos de
papá, pero que rechazó tan amable ofrecimiento porque tiene la intención de
traer los restos a México...
Amada Díaz (Orozco,
2003, p.135)
LOS DÍAS
DESPUÉS DE DÍAZ
Tello Díaz
(1994) refiere que después de la muerte de Díaz, gran parte de la familia que
lo había acompañado en su exilio siguió viviendo en Francia. Entre ellos su
viuda Carmen Romero Rubio y sus dos hermanas Sofía y María Luisa; también su
hijo; Porfirio Díaz Ortega acompañado de su esposa Luisa Raigosa y sus siete
hijos: Porfirio, Maria Luisa, Genaro, Ignacio, José, Luís y Manuel.
Mientras
tanto en México se encontraban sus dos hijas: Amada y Luz. Ambas con sus
respectivos esposos Ignacio de la Torre y Francisco Rincón Gallardo. El primero
había participado en el derrocamiento de Madero en 1913, posteriormente fue
capturado por los zapatistas y hecho prisionero por varios años, hasta que en
1917 logró escapar y refugiarse en Nueva York donde murió meses mas tarde
debido a las dolencias que padecía como resultado de este cautiverio. Por su
parte, Francisco Rincón Gallardo murió asesinado por un salteador de caminos en
Aguascalientes, “...no fue un crimen político, fue un crimen de otro tipo... no
hubo persecución deliberada en contra de la familia...” asegura Carlos Tello
Díaz. (Entrevista personal, 8 de febrero
de 2006)
Los
primeros años siguientes a la muerte de Díaz transcurrieron con el rigor del
duelo para la familia, siguiendo además el desarrollo de la guerra en Europa.
Los que vivían exiliados en Francia tuvieron que adaptarse de lleno al nuevo estilo de vida y cultura. Por ejemplo,
los nietos mayores de Díaz nacidos en México se vieron en la necesidad de
aprender francés para seguir sus cursos escolares, mientras que los menores se
vieron inculcados con nuevos hábitos. Porfirio Díaz Ortega, (hijo de Porfirio
Díaz) mantuvo a su familia en el exilio gracias a las rentas recibidas de sus
propiedades. Poco a poco fue vendiendo muchas de ellas, incluso aquella donde
habitara el mismo Porfirio Díaz y su esposa Carmen Romero antes de salir al
exilio: la casa de cadena no. 8. Posteriormente substió gracias a las rentas
recibidas por sus acciones que tenia dentro de la Compañía Mexicana de Petróleo
“El Águila”. Años mas tarde estas no repuntarían debido a la Ley Petrolera de Calles y
causarían una crisis económica en la familia que los llevaría a buscar nuevas
formas de trabajo.
Carmen Romero Rubio de Díaz de luto. Imagen tomada de: Enrique Krauze y Fausto Zerón Medina, Porfirio. El destierro, México, Clío, p. 68. |
La
familia permaneció por varios años con
la esperanza de regresar a México, pero con la llegada de Obregón al gobierno
vieron perdida toda posibilidad de regresar al menos por algunos años más, pues
consideraban a éste como el representante mas radical del constitucionalismo.
Fue hasta 1921, que la familia optó por permanecer en el exilio. Carmen Romero
Rubio después de enviudar cambio de residencia para vivir a lado de su hermana
Maria Luisa en la avenida de Víctor Hugo, en París. El dinero con el que
subsistía provenía de las rentas de sus propiedades en México, todas ellas
heredadas de su padre Manuel Romero Rubio. Ese mismo año, con la prolongación
del exilio Carmen compró un lote en el cementerio Montparnasse para trasladar los
restos de Porfirio Díaz a este lugar. El
27 de diciembre de 1921 los restos fueron exhumados de la iglesia de Saint
Honoré d’Eylau para ser inhumados en la capilla construida por su viuda en el
cementerio parisino de Montparnasse (Tello Díaz, 1994).
Los
siguientes años en el exilio continuaron de la misma forma como cuando vivía
Porfirio Díaz, viajes en verano a San Juan de la Luz, Biarritz o San Sebastián.
La situación económica empeoró con el paso de los años, las acciones en El
Águila dejaron de ser redituables para la familia Díaz Raigosa al grado que en
1927 todos los nietos de Díaz se vieron
en la necesidad de trabajar para
solventar los gastos de la familia. El problema económico continuaría por
varios años más.
El
15 de septiembre de 1930, Díaz Ortega y Familia organizaron una misa con el
objeto de celebrar el primer centenario del natalicio de Porfirio Díaz. La misa
se celebró en la iglesia de Saint Honoré d’Eylau. En México, Amada y Luz hijas
de Porfirio Díaz, también celebraron un
acto similar al cual asistieron varios amigos de la familia o afines al régimen
porfirista. (Tello Díaz, 1994)
Finalmente,
Díaz Ortega vendió sus acciones en El Águila a S.Pearson & Son dueños de la
compañía petrolera. Con la venta se fundo un fideicomiso en el banco londinense
de White Horse Securities para comprar una propiedad en el campo y trabajar en
ella. Así en 1930, la familia Díaz
Raigosa se traslado a la región de la Loire para habitar en el Castillo de
Moulins. Este lugar contaba con una vasta extensión que permitiría a la familia
Díaz Ortega trabajar en el campo para su subsistencia. Tras varios años y
mediante la mecanización de la producción en el campo, así como la introducción
de nuevas tecnologías se pudo impulsar un crecimiento sin precedentes en los
campos que cultivaban. Logrando por
algún tiempo a la estabilización de la economía familiar después de que hacia varios años venia sufriendo problemas.