miércoles, 30 de marzo de 2016

Los Díaz después de Díaz (El exilio segunda parte 1915-1936)


EL EXILIO SEGUNDA PARTE (1915-1936)

 

 


...dice Carmen que Porfirio y ella tuvieron cuidado de que el cadáver fuera debidamente embalsamado y se depositó en una caja hermética que a su vez fue puesta dentro de otra de madera.

Comenta ella que el rey de España le ofreció El Escorial para que se inhumaran los restos de papá, pero que rechazó tan amable ofrecimiento porque tiene la intención de traer los restos a México...                                                              
Amada Díaz                                                     (Orozco, 2003, p.135)



 

LOS DÍAS DESPUÉS DE DÍAZ

 

Tello Díaz (1994) refiere que después de la muerte de Díaz, gran parte de la familia que lo había acompañado en su exilio siguió viviendo en Francia. Entre ellos su viuda Carmen Romero Rubio y sus dos hermanas Sofía y María Luisa; también su hijo; Porfirio Díaz Ortega acompañado de su esposa Luisa Raigosa y sus siete hijos: Porfirio, Maria Luisa, Genaro, Ignacio, José, Luís y Manuel.

 

Mientras tanto en México se encontraban sus dos hijas: Amada y Luz. Ambas con sus respectivos esposos Ignacio de la Torre y Francisco Rincón Gallardo. El primero había participado en el derrocamiento de Madero en 1913, posteriormente fue capturado por los zapatistas y hecho prisionero por varios años, hasta que en 1917 logró escapar y refugiarse en Nueva York donde murió meses mas tarde debido a las dolencias que padecía como resultado de este cautiverio. Por su parte, Francisco Rincón Gallardo murió asesinado por un salteador de caminos en Aguascalientes, “...no fue un crimen político, fue un crimen de otro tipo... no hubo persecución deliberada en contra de la familia...” asegura Carlos Tello Díaz. (Entrevista personal,  8 de febrero de 2006)   

 

Los primeros años siguientes a la muerte de Díaz transcurrieron con el rigor del duelo para la familia, siguiendo además el desarrollo de la guerra en Europa. Los que vivían exiliados en Francia tuvieron que adaptarse de lleno al  nuevo estilo de vida y cultura. Por ejemplo, los nietos mayores de Díaz nacidos en México se vieron en la necesidad de aprender francés para seguir sus cursos escolares, mientras que los menores se vieron inculcados con nuevos hábitos. Porfirio Díaz Ortega, (hijo de Porfirio Díaz) mantuvo a su familia en el exilio gracias a las rentas recibidas de sus propiedades. Poco a poco fue vendiendo muchas de ellas, incluso aquella donde habitara el mismo Porfirio Díaz y su esposa Carmen Romero antes de salir al exilio: la casa de cadena no. 8. Posteriormente substió gracias a las rentas recibidas por sus acciones que tenia dentro de la Compañía Mexicana de Petróleo “El Águila”. Años mas tarde estas no repuntarían  debido a la Ley Petrolera de Calles y causarían una crisis económica en la familia que los llevaría a buscar nuevas formas de trabajo.

Carmen Romero Rubio de Díaz de luto. Imagen tomada de: Enrique Krauze y Fausto Zerón Medina, Porfirio. El destierro, México, Clío, p. 68.
 

La familia permaneció por varios  años con la esperanza de regresar a México, pero con la llegada de Obregón al gobierno vieron perdida toda posibilidad de regresar al menos por algunos años más, pues consideraban a éste como el representante mas radical del constitucionalismo. Fue hasta 1921, que la familia optó por permanecer en el exilio. Carmen Romero Rubio después de enviudar cambio de residencia para vivir a lado de su hermana Maria Luisa en la avenida de Víctor Hugo, en París. El dinero con el que subsistía provenía de las rentas de sus propiedades en México, todas ellas heredadas de su padre Manuel Romero Rubio. Ese mismo año, con la prolongación del exilio Carmen compró un lote en el cementerio Montparnasse para trasladar los restos de Porfirio Díaz  a este lugar. El 27 de diciembre de 1921 los restos fueron exhumados de la iglesia de Saint Honoré d’Eylau para ser inhumados en la capilla construida por su viuda en el cementerio parisino de Montparnasse (Tello Díaz, 1994).

 

Los siguientes años en el exilio continuaron de la misma forma como cuando vivía Porfirio Díaz, viajes en verano a San Juan de la Luz, Biarritz o San Sebastián. La situación económica empeoró con el paso de los años, las acciones en El Águila dejaron de ser redituables para la familia Díaz Raigosa al grado que en 1927 todos los nietos  de Díaz se vieron en la necesidad de trabajar  para solventar los gastos de la familia. El problema económico continuaría por varios años más.

 

El 15 de septiembre de 1930, Díaz Ortega y Familia organizaron una misa con el objeto de celebrar el primer centenario del natalicio de Porfirio Díaz. La misa se celebró en la iglesia de Saint Honoré d’Eylau. En México, Amada y Luz hijas de Porfirio Díaz,  también celebraron un acto similar al cual asistieron varios amigos de la familia o afines al régimen porfirista. (Tello Díaz, 1994)

 

Finalmente, Díaz Ortega vendió sus acciones en El Águila a S.Pearson & Son dueños de la compañía petrolera. Con la venta se fundo un fideicomiso en el banco londinense de White Horse Securities para comprar una propiedad en el campo y trabajar en ella. Así en 1930,  la familia Díaz Raigosa se traslado a la región de la Loire para habitar en el Castillo de Moulins. Este lugar contaba con una vasta extensión que permitiría a la familia Díaz Ortega trabajar en el campo para su subsistencia. Tras varios años y mediante la mecanización de la producción en el campo, así como la introducción de nuevas tecnologías se pudo impulsar un crecimiento sin precedentes en los campos que cultivaban. Logrando  por algún tiempo a la estabilización de la economía familiar después  de que hacia varios años venia sufriendo problemas.

 

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