lunes, 28 de marzo de 2016

El 1913 de Don Porfirio Díaz


A principios de 1913 nuevamente Don Porfirio Díaz sale de viaje, esta vez rumbo a Egipto. En esta ocasión Díaz sería acompañado de su mujer y las hermanas de ésta (Sofía y María Luisa), además del general Fernando González. En El Cairo, escribe Tello Díaz (1993) el general  Kitchener, a nombre de la corona británica recibe a Porfirio Díaz y sus acompañantes rindiéndole honores militares en calidad de comandante honorario de la Orden de Bath. En este país permanecieron alrededor de dos meses, a fines de febrero de ese año regresan a París, no sin antes visitar Nápoles y Roma.

 

Ante el inició de una guerra civil provocada por los asesinatos de Francisco I. Madero y Pino Suárez. La prensa italiana se vio obligada a cuestionar a Porfirio Díaz sobre estos hechos durante su estancia en Nápoles. Frente a los reporteros del Corriere d’Italia, Díaz declaró “Recibí la noticia del estallido de la guerra civil en México cuando me encontraba de viaje, y con todo el corazón la sentí como una de las más grandes calamidades que pudieron haber golpeado a México”. “Es infame insinuar que a mis amigos o a mi influencia se debe de imputar el asesinato de Madero”. (Tello, 1994, p. 40). Más tarde, volvería a declarar a otros diarios que anhelaba la paz para su país.

 

Después de Roma, Díaz regresa a París. Ahí recibe la visita de su hija Amada, y es ella quien le cuenta los problemas sucedidos en México. Semanas más tarde, viajan juntos hacia la región de los Alpes suizos. A su regreso reciben otra visita, esta vez la de su sobrino Félix Díaz. El motivo era solicitar el apoyo de su tío para las próximas elecciones en octubre, Porfirio Díaz no se lo da. Durante su estancia en Francia, Félix Díaz recibe la noticia de la expropiación de su hacienda conocida como “Los borregos” en el norte del país. Esta medida fue la primera de muchas que se iniciaron con el objeto de convertirse en reparto agrario de la Revolución. (Tello, 1994)


En septiembre de 1913, Amada regresa a México luego de haber viajado con Díaz y su esposa hasta el puerto de Santander. Ya en París, a finales de ese mismo año reciben la noticia del asesinato en México de Francisco Rincón Gallardo, esposo de Luz Díaz, hija de don Porfirio.

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